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Peñacerrada-La RasaEl:24 del 05 de 2021 & Vista: 1177 Veces •

Desde el portal fortificado y murallas de Peñacerrada, surcaremos hasta Faido paisajes humanizados y variados bosques de robledales, hayedos y acebos.

Desde el portal fortificado y murallas de Peñacerrada, surcaremos hasta Faido paisajes humanizados y variados bosques de robledales, hayedos y acebos. Los asombrosos restos históricos del eremitorio rupestre altomedieval de Peña Hueca o la ermita de la Virgen de la Peña, la iglesia más antigua del País Vasco surgirá al paso de nuestro periplo. Atravesaremos el frondoso barranco da la Mina, que da nombre al río Inglares en su tramo de cabecera, donde se explotaba una cantera de asfalto. El tramo final de nuestra ruta comparte su andadura con el GR 1 Sendero Histórico.

 

 

Punto de salida: Peñacerrada

Punto de llegada: Peñacerrada

Nivel de dificultad: Dificultad media

Distancia: 18,70

Tiempo: 5:00

Desnivel: 440

Descripción:

Comenzamos esta ruta circular en la localidad de Peñacerrada-Urizaharra, en la plaza de Fray Jacinto. Tomando la calle Rioja, pasaremos junto a un bello caserón y seguiremos por la calle Pilatgi hasta la carretera por donde continuaremos hasta una pronunciada curva. En este punto tomaremos el camino asfaltado de la derecha hasta tomar una bifurcación por pista de tierra (490 m, 10’).

La vereda transita en su inicio flanqueada por parcelas de cultivo y algunos arbustos, para introducirse a continuación bajo el frondoso abrigo de un sugerente bosque de quejigos, avellanos, arces y acebos. El camino sale a una pradera rodeada de robles, en la que continuaremos de frente en busca de nuestra entrada en la masa boscosa. A su salida, la pista alcanza la carretera local que en breves pasos llega a la aldea de Loza, rebasando el antiguo lavadero-abrevadero del pueblo (2,7 km, 45’).

Desde la plaza de Loza, donde encontramos una fuente-abrevadero, el itinerario avanza por la calle San Esteban hasta la Iglesia del mismo nombre. Con una dirección general hacia el noreste la parcelaria llega al paraje conocido como Los Riscos, donde unas curiosas formas rocosas llamarán nuestra atención a la izquierda del camino. Continuaremos recto en ascenso hasta culminar en un alto, lugar donde confluye el PR-A 76. El camino prosigue de frente por la pista parcelaria principal, supera el barranco de Santiama y alcanza el cruce con el PR-A 76. Proseguiremos a nuestra derecha, si bien el cenobio medieval de Peña Hueca con sus tres cuevas artificiales merece nuestra visita, que queda a nuestra izquierda, a escasos metros del cruce (4,9 km, 1h 30’).

Entre enebros, boj y algunos acebos seguiremos nuestra marcha hasta alcanzar una bifurcación. El camino de nuestra izquierda nos lleva hasta un puesto de caza, desde donde se domina una amplia panorámica sobre Treviño. El camino se introduce bajo el fresco dosel del hayedo, y en pocos metros nos desviaremos a la izquierda para iniciar el descenso hacia Faido. Bajo la umbría del hayedo se cobijan hermosos acebos y el camino se desdibuja entre la hojarasca. Una vez llegamos a un claro en el bosque la senda se bifurca. Tomaremos el ramal de la izquierda que se abre paso entre quejigos y enebros. Nuestro camino va ensanchándose hasta desembocar en una pista, frente a un pabellón de ganado, donde giraremos a nuestra derecha para alcanzar la carretera local que lleva a Faido (7,6 km, 2 h 25’).

Una vez atravesada esta localidad, tomaremos la pista de tierra que en dirección sur se dirige hacia la Cueva de San Miguel y el Eremitorio “Cueva de Nuestra Señora de la Peña” (S.VI-VIII), cuyo ascenso se deja a la izquierda del camino por una escalinata. Pronto nos aparece una bifurcación, debiendo seguir el ramal de la izquierda. Nuestra ruta remonta el margen derecho del barranco del Prado, resultado de la unión de varios barrancos que drenan las laderas septentrionales de la Peña Atauri, surcando las lindes de un quejigal con avellanos y parcelas de cultivo. Tras cruzar una valla metálica en una curva de herradura el camino supera un fuerte desnivel para alcanzar los prados de Lechazar. Nuestra huella culmina en los altos de la divisoria de La Rasa, donde el camino confluye con una pista forestal, y el dominio vegetal corresponde a una repoblación de abetos. (10,9 km, 3 h 10’).

Continuaremos en dirección aproximada sur, enlazando con la pista cortafuegos que atraviesa el monte comunal de La Rasa. La ruta gira a la derecha y enseguida lo hace nuevamente a la izquierda, descendiendo por la vaguada y el cortafuegos abierto entre la vasta plantación de coníferas. Un abrevadero, conocido como Fuente Garbea, nos marca un pequeño giro a la derecha que pronto da paso a una encrucijada de pistas. La progresión nos conduce de frente, en ligero descenso, hasta alcanzar el camino que discurre junto a las aguas del barranco de la Mina, que acusa los meses del estío. (12,2 km, 3 h 40’).

Obviando los ramales que se desgajan del camino principal, proseguiremos en dirección general hacia el oeste, bajo el fresco cobijo del hayedo y el tímido rumor de un recién nacido Inglares. La ruta, solapada en este tramo con el GR-1 “Sendero Histórico”, cruza un portón metálico en un amplio prado y pasa junto a las ruinas de la antigua mina de asfalto, que dan nombre al barranco y prosigue sin complicaciones hasta la carretera que comunica Loza con Peñacerrada. (16,7 km, 4 h 40’).

A escasos metros se abandona el asfalto tomando el primer desvío a la derecha. Por la linde de los cultivos la pista alcanza de nuevo las riberas del río Inglares, que se cruza por un puente de hormigón a su margen derecho. El camino sigue al pie de unos relieves de margas tapizados de quejigos y algunos enebros. Enseguida se alcanza la bifurcación por la que ya han discurrido nuestros pasos al inicio de la marcha. Tan sólo nos queda recorrer el último kilómetro de la jornada para alcanzar el punto final de esta etapa (18,7 km, 5 h).

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