Una serie continuada de varios estornudos conduciendo a una velocidad de 90km/h puede suponer perder de vista la carretera durante más de 125 metros. De ahí la importancia de tomar una serie de precauciones si nos ponemos al volante y padecemos algún tipo de alergia asociada con la primavera.
La irritación y picor de ojos, congestión nasal, picores en la piel, cosquilleo en la garganta y estornudos, son algunos de los síntomas que afectan directamente a las capacidades del conductor al volante.
Los síntomas de la alergia al volante pueden causar somnolencia por la falta de aire fresco, dolores de cabeza por la intrusión de malos olores, disminución de la visibilidad por el lagrimeo, la irritación ocular o la congestión nasal, falta de concentración en la carretera por los estornudos y/o los picores en la garganta y en la piel, e incluso, problemas respiratorios, asma o fatiga.
De hecho, según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), los conductores alérgicos tienen un 30% más de riesgo de sufrir un accidente, principalmente porque durante los episodios de estornudos se deja de atender a la carretera durante más de 125 metros, lo que serían unos cinco segundos a una velocidad de 90 km/h.
Por ello, los profesionales de Oscaro advierten de la necesidad de cambiar el filtro de polen, que es el que evita que el habitáculo se «llene» del polvo, la suciedad y las bacterias que puedan acceder al interior del coche a través del sistema de climatización. Aunque el mantenimiento de este componente debe ser periódico, lo habitual es reemplazarlo una vez al año o cada 15.000 km. Por este motivo, y ante la llegada de la primavera, los expertos de Oscaro comparten las 5 señales que indican que es hora de cambiar el filtro de polen:
1. El caudal de aire huele mal
Sin duda, una de las señales más claras de que el filtro antipolen no está realizando su función correctamente viene marcado por el olor. Si al encender el sistema de ventilación del vehículo (ya sea aire acondicionado o calefacción) notamos que el caudal de aire viene acompañado por un olor desagradable, entonces será el momento de reemplazar el filtro del polen.
2. Mal funcionamiento del sistema de ventilación
Otro de los indicadores de alerta sobre el estado del filtro del polen es un desempeño defectuoso del sistema de ventilación. Cuando el filtro se obstruye, el caudal de aire que llega al interior del habitáculo disminuye considerablemente. Además, la acumulación de suciedad en el filtro puede derivar en una rotura del evaporador, pieza encargada de enfriar el aire.
3. Las lunas no se desempañan con rapidez
El sistema de ventilación también es el encargado de activar la función de desempañar los cristales del vehículo. En este sentido, el filtro del polen juega también un papel muy significativo, ya que, de estar obstruido, evitará que entre el caudal de aire necesario para quitar el vaho de las lunas y, por tanto, perderá efectividad. Si detectas este problema, revisa el estado del filtro y, si es necesario, cámbialo por uno nuevo.
4. El ventilador del coche no cumple con su función
Con el objetivo de controlar la temperatura del motor, todos los vehículos llevan incorporado un ventilador que refrigera el «corazón» del vehículo para evitar averías. El filtro del polen está conectado a este sistema por lo que es fundamental que se encuentre en perfecto estado. De lo contrario, el exceso de suciedad acumulada se podría llegar a adherir al ventilador, evitando que cumpla con su función de refrigerar el motor. Si esto sucede, el coche podría llegar a gripar, por lo que es muy importante revisarlo correctamente.
5. Mayor gasto de combustible
Sí, el filtro del polen también puede influir en el gasto de combustible. ¿Por qué? Muy sencillo: cuando el filtro está obstruido los sistemas de climatización tienen que hacer un sobreesfuerzo y, como resultado, se consume más energía.
Por tanto, se detectas un aumento inusual en el consumo de combustible, uno de los motivos pueda ser el filtro de polen.