Se trata de una de las infraestructuras en apariencia más complicadas para los conductores. Durante el periodo 2015-2019, según el último estudio de Automovilistas Europeos Asociados (que solo tiene en cuenta los siniestros más graves), se produjeron en España 45.153 accidentes en glorietas, con un resultado de 317 muertos y 58.581 heridos.
En la mayoría de los casos, se debe a que los conductores no respetan la prioridad de paso, pero también al mal uso de los carriles interiores y a la ausencia de señalización de las maniobras.
Cualquier cambio de carril en una glorieta debe marcarse con el intermitente, y del mismo modo se debe anunciar la intención de abandonar la rotonda.
A grandes rasgos, el Reglamento General de Circulación indica que en una rotonda tienen preferencia los vehículos que ya se encuentren circulando en ella respecto a los que se disponen a acceder. Por ese motivo, es imprescindible respetar la prioridad antes de incorporarse a esta vía circular.
Cómo conducir en las rotondas
El acceso a las rotondas debe hacerse por el carril derecho, pero hay una excepción, y así la explica la revista Tráfico y Seguridad Vial, editada por la Dirección General de Tráfico (DGT). “La entrada desde el carril izquierdo, directamente al interior de la glorieta, está permitida con el fin de facilitar el acceso” cuando el carril derecho está congestionado. Además, “se permite la circulación por el carril interior hasta las últimas salidas”.
Respecto a la salida, el reglamento de circulación obliga a abandonar las intersecciones giratorias siempre por el carril exterior. De este modo, se evita cruzar la rotonda desde el exterior y disminuye el riesgo de colisión. Tráfico cita también una salvedad: se puede “abandonar la rotonda desde un carril interior cuando una señal (una flecha en el suelo, por ejemplo) lo indique y el carril derecho esté ocupado”.
Y, de modo genérico, la DGT propone usar adecuadamente el retrovisor para evitar problemas. “Aunque las colisiones en glorietas no suelen ser graves, son muy frecuentes. Cuando circules por el carril exterior, vigila [por] el retrovisor izquierdo si un vehículo se aproxima por ahí: así, si intenta cruzarse desde el interior, podrás anticiparte al choque”.