Apretamos el botón y nada, no hay señal. En días de holganza no hay nada peor que quedarnos sin pilas en el mando. Sin embargo, ¿son las pilas o el mando el que ha dicho ya basta a nuestra manía de hacer zapping? No hace falta que nos hayamos quedado sin pilas, en ocasiones, los botones que más pulsamos también es posible que empiecen a fallar y haya que cambiar el dispositivo. ¿Cómo podemos estar seguros de lo que le pasa? Pues lo cierto es que la solución la llevamos en el bolsillo y no es otra que nuestro smartphone.
Os invitamos a hacer la prueba ahora mismo. Coged vuestro teléfono, abrid la cámara y apuntad al emisor infrarrojo que tiene el mando a distancia de la televisión. En ese momento pulsad un botón cualquiera del mando, si este funciona, veremos como el emisor se pone de un color violáceo que, a simple vista, no se aprecia. Si la luz que emite es muy leve, es probable que nos estemos quedando sin pilas en el mando y si no se enciende, es que el botón no funciona. Si no se enciende con ninguno, hay que cambiar el dispositivo.
¿Por qué pasa esto?
Lo cierto es que la respuesta es muy sencilla. La luz que emite el mando a distancia se encuentra en el espectro del infrarrojo y al igual que el ultravioleta, que es parte de la que emite el sol, se encuentran en la parte de la luz que es invisible al ojo humano. Los mandos de la televisión funcionan emitiendo una serie de impulsos de luz infrarroja que llegan al sensor de la TV, quien a modo de "código Morse", los decodifica y así sabe que orden les estamos dando.
¿Por qué lo puede ver la cámara del móvil? Pues es una de las razones por las que las cámaras de los móviles aún no son tan buenas como las DSLR. No cuentan, como éstas últimas, de filtros infrarrojos que permiten quitar ruido en la imagen y que harían que no se viera el haz de luz del mando a distancia.