El pasado 24 de octubre de 2017, la Fundación Casaverde organizó una jornada con expertos sobre ataques cerebrovasculares donde debatieron sobre el devenir de esta enfermedad, la estrategia que se llevará a cabo, los retos y el impacto económico y social que tiene.
Es una enfermedad del siglo XXI. El estilo de vida y el envejecimiento de la población ha contribuido en el aumento de personas que sufren un ictus, pero como comenta Alberto Giménez, presidente de la Fundación Casaverde, hay un 50% más de casos que en el año 2000, pero gracias al Programa de Atención Sanitaria del Ictus las defunciones han disminuido un 50%.
Atención urgente
Un coágulo de sangre en el cerebro puede tener consecuencias irreversibles, los síntomas pueden comenzar con pérdida de fuerza en un lado del cuerpo, visión borrosa en uno o los dos ojos, dificultad para expresarse y explicarse con claridad, fuerte dolor de cabeza o desequilibrio. Estos indicadores pueden estar advirtiendo al cuerpo que va a sufrir un ataque cerebrovascular, y lo más importante en estos casos es actuar lo más rápido posible.
Es fundamental para las consecuencias que el ictus puede tener en un paciente, identificarlo a tiempo para poner la solución lo más rápido posible. Una vez que se empiezan a tener los síntomas, el tiempo en llegar al hospital será clave para las secuelas que esto puede acarrear en la persona, lo ideal es no superar las 2 horas, de esta forma, puede que no queden secuelas, pero siempre tiene que bajar de las 4 horas.
Unidad de Ictus (UI)
Existe un protocolo que se creó en 2008 en el Hospital de la Paz de Madrid y que se ha ido replicando a nivel nacional con la Unidad de Ictus. En diferentes hospitales se encuentra un equipo 24 horas, que en cuanto recibe el aviso de la ambulancia, se pone a revisar el historial del paciente y a preparar el plan de actuación para proceder lo más rápido posible. Para deshacer un trombo se utiliza la técnica de la trombolisis para disolverlo a través de fármacos, o en caso de ictus isquémico agudo, se emplea un microcatéter para capturar y extraer el trombo. No todos los hospitales tienen Unidad de Ictus, pero están empezando a usar la telemonitorización por si tienen que actuar de urgencias desde cualquier otro hospital.
Todas las comunidades autónomas tienen implementado el código ictus y se sigue trabajando para mejorar el tiempo de respuesta de un ataque, pero para ello, es importante que la población conozca los síntomas y sepan identificarlos. Nicolás Riera, médico de emergencias, proponía en el congreso: "Es fundamental formar a los niños en las escuelas". Hay que utilizar los recursos en formar a la población para avanzar en términos de salud. Alberto Giménez señala: "En la fase aguda del ictus somos un ejemplo en Europa". Sin embargo, hay que invertir en la fase de promoción y concienciar a los jóvenes de 15 y 16 años, porque en España hay tasas muy altas de obesidad o consumo de tabaco que son factores de riesgo a la hora de tener un ataque cerebrovascular.
Fase de rehabilitación
La inversión en rehabilitación en pacientes que han sufrido un ictus, reportará un beneficio neto de 134 millones de euros al año. En esta fase también hacen falta más recursos, en España hay 50.000 personas que necesitan rehabilitación y no la reciben y acaban teniendo diferentes grados de dependencia. La adaptación de la estructura de la vivienda y los costes sociales los tendrá que asumir el Estado.
La Fundación Casaverde ha implantado un sistema de rehabilitación con unas instalaciones que hacen sentir al paciente muy cómodo con el objetivo de motivarle. Cuentan con un equipo interdisciplinar orientados a trabajar en un objetivo. Alberto afirma: "es un método pionero que puede conseguir magníficos resultados".
La estrategia para 2018 es hacer un seguimiento, difundir, trabajar de manera eficiente, y aumentar las camas.
Código Ictus
Es el procedimiento que consiste en reconocer los síntomas de un ictus (generalmente de naturaleza isquémica) para activar de forma precoz el protocolo de actuación que prioriza los cuidados y el traslado inmediato del paciente a un hospital con Unidad de Ictus para que pueda tener el tratamiento necesario. Con el Código Ictus, lo que se pretende es que desde que comienzan los síntomas hasta que se llega a la puerta del hospital no hayan pasado más de dos horas, así como que el tiempo desde el aviso del Centro Coordinador de Urgencias hasta la llegada a la puerta del hospital sea inferior a una hora.