Farmacias de guardia de la provincia de Alicante.
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Félix Hoffmann, un químico de 29 años, intentaba desarrollar una variante menos tóxica de un analgésico de la época cuando se topó con lo que sería la solución "mágica" para una amplia variedad de malestares.
Su padre, casi postrado por un reumatismo crónico, le había rogado que descubriera un medicamento que, a diferencia del salicilato de sodio, aliviara sus dolores sin destrozarle el estómago.
El 10 de agosto de 1897, el talentoso hijo tuvo éxito: anotó en su cuaderno de laboratorio que había logrado producir ácido acetilsalicílico (ASA) puro, una sustancia que poco después se haría famosa mundialmente con el nombre de aspirina.