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Rafaela Aparicio nació el día 9 de abril del año 1906 en Marbella, en la provincia de Málaga. Aunque estudió la carrera de Magisterio, sintió enseguida la vocación de actriz, por lo que decidió dedicarse a la interpretación y no llegó a ejercer como maestra. Debutó en el teatro, con sólo 23 años, interviniendo en una obra de los hermanos Álvarez Quintero, “El conflicto de Mercedes”, que representó en un teatro de Córdoba. Seguidamente, piensa que en Madrid va a tener más oportunidades y se traslada a vivir allí, donde conoce al también actor Erasmo Pascual, con quien se casa y con el cual comparte ya su vida hasta la muerte de él.
Inicia en Madrid una brillante carrera teatral que se va a prolongar durante toda su vida. De las obras en las cuales ha participado, destacaremos algunas como “Un marido de ida y vuelta” de Enrique Jardiel Poncela, “Milagro en la Plaza del Progreso” de Joaquín Calvo Sotelo, “Los verdes campos del Edén” de Antonio Gala, “Los malhechores del bien” de Jacinto Benavente, “La decente” de Miguel Mihura o “Romeo y Julieta” de William Shakespeare en una adaptación hecha por Pablo Neruda.
En la televisión, Rafaela empezó en el año 1963, con 3 episodios para el programa “El hombre, ese desconocido”, a los que siguieron intervenciones en “Primera fila” y “Confidencias”. Fue participando ininterrumpidamente en gran cantidad de programas en los que se emitían obras de teatro, así como en series y otras producciones.
Pero fue en el año 1967 cuando se catapultó a la fama en nuestro país por su papel de cocinera de “La casa de los Martínez”, una serie que estuvo cuatro años en pantalla y que contaba las vicisitudes de lo que se suponía una familia media española. Rafaela trabajó en la serie junto a Florinda Chico, actriz muy recordada también por esta producción.
Posteriormente, la actriz participó, entre muchos otros programas, en “La tía de Ambrosio”, “Un, dos, tres… responda otra vez”, “Lecciones de tocador” o “Entre platos anda el juego”. En lo que se refiere al cine, su filmografía es extensísima, con más de 100 títulos en su haber. Fue durante décadas un rostro muy familiar en la gran pantalla en lo que a cine español se refiere. Muy estancada en su rol, solían darle papeles de criada o de similares características, personajes entrañables y graciosos.
Debutó en el año 1935 con la película “Nobleza baturra”, a la que siguió “La hija de Juan Simón”, al siguiente año. Sin embargo, no es hasta mitad de la década de los 50 cuanto se dedica más plenamente al cine. De esta época son “Al fin solos”, “La gran mentira”, “El último cuplé”, “La vida por delante” o “Parque de Madrid”. En la década de los 60 su trabajo es impresionante, y participa en una cantidad de largometrajes increíble. De entre ellos citaremos sólo algunos como ejemplo. Así, “Tómbola”, Atraco a las tres, “Historia de una noche”, “Historias de la televisión”, “Sor Citroën”, “Historia de la frivolidad” o “El extraño viaje”.
En los 70 y 80 su producción también fue muy prolífica, trabajando con algunos de los directores más prestigiosos del país, como Carlos Saura, bajo cuyas órdenes trabajó en “Ana y los lobos” o Mamá cumple cien años, esta última quizá una de las películas más importantes en la vida artística de Rafaela. También trabajó con Víctor Erice en “El sur”, con Eloy de la Iglesia en “El Pico II” o con Fernando Trueba en “El siglo de las luces”.
Entre los premios obtenidos destacan sus dos Premios Goya, el de Honor en 1987 y el que premiaba en 1989 a la mejor actriz protagonista por “El mar y el tiempo”. También le fue concedido el Fotogramas de Plata en reconocimiento a toda una vida dedicada a la interpretación. Rafaela Aparicio murió el día 9 de junio del año 1996 en Madrid, encontrándose internada en una residencia de ancianos.