Es curioso cómo un objeto que está pensado única y exclusivamente para el placer, puede ser también el motivo de una experiencia de lo más desagradable. El objeto en cuestión es un juguete sexual (abierto a la imaginación del lector). La experiencia desagradable, que se quede atascado dentro (aquí seremos claros: en la vagina o en el ano). ¿Qué hacer ante esta situación?
“Lo primero de todo es no alarmarse. La vagina tiene un tope, que es el cuello del útero, y de ahí no va a pasar”, tranquiliza la sexóloga Sonia García, quien añade que, de este modo, “aunque dé la sensación de que está atascado, realmente no lo está”.
Si un producto de este tipo se queda dentro de la vagina y se puede tocar, continúa la especialista, “lo que más nos va a ayudar a expulsarlo es relajar los músculos del suelo pélvico, apoyándonos en la respiración, cogiendo aire y sacándolo profundamente a la par que se intenta echar el juguete”.
En el caso de que no se pueda tocar, García explica que es importante lubricar bien la zona vaginal para intentar abrir manualmente con los dedos la entrada de la vagina: “Mientras se hacen sentadillas, hay que intentar extraerlo gracias a la fuerza de la gravedad”. Bien, ¿y qué ocurre cuando ninguna de las circunstancias descritas da resultado? “Lo mejor será acudir al servicio de urgencias médicas para que puedan extraerlo”, contesta la sexóloga.
¿Y si el juguete sexual se queda atascado en el ano?
Hay que tener en cuenta que el ano, a diferencia de la vagina, no tiene tope. En este sentido, “el juguete puede navegar por los intestinos, de forma que si se ha quedado dentro del ano, la recomendación es dirigirse inmediatamente al servicio de Urgencias más cercano para que lo extraigan”.
En este punto, la experta aclara que, a pesar de que la situación dé vergüenza, este tipo de consultas médicas son más frecuentes de lo que se pueda pensar.
Por otra parte, advierte que si un juguete sexual o cualquier otro objeto permanece demasiado tiempo en el interior del cuerpo, es probable que se generen graves problemas de salud, como dolor, infecciones, sangrado o desgarros.
Consejos para prevenir este riesgo
García apunta las siguientes recomendaciones para evitar pasar por este mal trago:
- Utilizar el producto erótico con responsabilidad, sabiendo que cada uno tiene su uso particular. Por ejemplo, en el caso de los juguetes anales, los seguros son aquellos que tienen un tope para impedir precisamente que se cuelen por los intestinos, evitando incidentes no deseados.
- Aplicar lubricante para que la experiencia con estos aparatos sea más cómoda y placentera.
- Usar juguetes y cosmética erótica fabricados con materiales de alta calidad para, además de evitar este tipo de accidentes, prevenir otros como irritaciones y reacciones alérgicas. No hay que olvidar que al final son productos que entran en contacto con el cuerpo y las mucosas.