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La estafa de los cinco euros: la nueva amenaza de las gasolinerasEl:11 del 10 de 2024 & Visto: 2528 Veces •
Las estaciones de servicio se han convertido en el escenario perfecto para que los delincuentes intenten sacar algún rédito de forma ilegal.

Los timos que tienen a los conductores como víctimas son innumerables. Los delincuentes tienen un amplio abanico de estrategias a la hora de robarles y en los últimos tiempos, las gasolineras han sido escenario de intentos ilegales de obtener beneficios. La última es la estafa de los cinco euros.

Esta se une a la larga lista compuesta por multas falsas, la estafa de la grúa, la de los parquímetros, los surtidores… Ahora las estaciones de servicio vuelven a encender las señales de alerta debido a una nueva forma de fraude.

Así es la estafa de los cinco euros

Tal y como informa Ouest-France, la estafa de los cinco euros empieza a extenderse por las gasolineras de Francia. No en todas: los delincuentes eligen aquellas que están abiertas 24 horas y en las que es imprescindible pagar con una tarjeta bancaria.

El modus operandi es el siguiente: el estafador espera cerca de un surtidor de gasolina y espera a que otro venga a repostar su vehículo. Es entonces cuando se acerca y le pide un favor: no tiene tarjeta bancaria, su depósito está vacío y le ofrece un billete de cinco euros a cambio de que eche combustible por él.

Al aceptar esta propuesta, comienzan los problemas para la víctima. El delincuente puede obligar al conductor, si es necesario haciendo uso de la fuerza, a echar más de cinco euros. Incluso a llenar ese depósito y otros más en contra de su voluntad. El resultado es un robo que le puede costar una notable cantidad de dinero.

Cómo evitar el timo

Para protegerse de la estafa de los cinco euros, lo más aconsejable pasa por rechazar este tipo de solicitud, aunque parezca que la otra persona lo necesita. No estará de más memorizar la matrícula antes de denunciar los hechos. Presentar una denuncia será la única forma de ser indemnizado por los daños sufridos.

El problema es que las posibilidades de que se haga justicia son escasas. ¿La razón? La mayoría de las veces, los delincuentes usan coches robados o matrículas falsas. De esta manera, no pueden ser identificados por las cámaras de videovigilancia de la estación de servicio.