Dado que al principio suelen cursar sin síntomas y no son dolorosos, los pólipos se descubren, la mayoría de las veces, cuando se realizan otras pruebas secundarias.
Puede que hayas oído hablar de los pólipos en el colón en algún momento. Incluso es posible que tú mismo los sufras o que alguien de tu círculo personal los haya padecido. Ahora, ¿son graves? Tranquilo, los pólipos en el colon son, en su mayoría, benignos.
Sin embargo, no por ello deben pasarse por alto, porque algunos a largo plazo pueden evolucionar hacia un cáncer. Con lo cual, siempre se suele optar por una cirugía para eliminarlos. Pero… ¿Qué síntomas presentan? ¿Cómo se percibe su presencia? Abordamos este tema. ¿Nos acompañas?
¿Qué son los pólipos en el colon?
Si en algún momento tu médico te diagnostica pólipos en el colon es posible que te quedes desconcertado, preguntándote de qué se trata. ¿Son bultos? ¿Es un tipo de infección? En realidad es algo bastante común, se trata de un crecimiento anormal dentro de las propias paredes del colon o intestino grueso.
Los pólipos pueden ser redondos, como ves en la imagen superior, o más bien planitos. Como ya sabes, esta zona del organismo es esa parte que se encarga de canalizar y redirigir toda la materia fecal que, finalmente, será expulsada por el recto.
Es una zona muy vulnerable en ocasiones a las bacterias y a las inflamaciones. Por eso, no es extraño que, a veces, aparezca esta realidad. No debes alarmarte ni pensar en lo peor. Como te hemos indicado, la mayoría de los pólipos son benignos. Sin embargo, requieren de una intervención para diagnosticarlos: una colonoscopia.
Cabe destacar también que los pólipos, de tener una forma más plana, tienen más probabilidad de ser cancerígenos. Pero una vez más incidimos en que no debes alarmarte, hay tratamiento y por lo general casi siempre son benignos.
¿Quién es más propenso a tener pólipos en el colon?
Hay personas que tienen más predisposición que otras. Estos factores que ahora te indicamos son solo orientativos, pero nunca determinantes, hay tenerlo claro.
En ocasiones se pueden diagnosticar pólipos en el colon y no tener ninguno de estos antecedentes, pero, por lo general, es importante tener en cuenta estos elementos:
- Ser fumador.
- Beber alcohol.
- Padecer sobrepeso.
- Tener más de 50 años.
- Padecer diabetes de tipo II no controlada.
- Tener antecedentes familiares de cáncer de colon.
- Tener una vida muy sedentaria y seguir una alimentación incorrecta, alta en grasas.
¿Qué síntomas presentan?
La mayoría de los pólipos en el colon suelen cursar de modo asintomático, en especial en sus inicios, cuando se están formando. No ocasionan dolor y, como al principio son pequeños, no suponen un problema para el funcionamiento óptimo del intestino grueso.
Ahora bien, a medida que son más grandes pueden tropezar ya con la materia fecal. Y al rozar, sangran. Es entonces cuando se ven ya las primeras pistas. Así que toma nota de estos datos que debes tener en cuenta:
- Ver tus heces muy oscuras.
- Percibir que, al limpiarte, hay presencia de sangre en el recto.
- Sentir algo de escozor y dolor cuando estás evacuando.
- Sentir cierto escozor interno cuando comes algo picante o muy sazonado.
Es importante incidir en el hecho de que son muchas las personas a las que se les descubren los pólipos casi por casualidad, cuando se hacen otro tipo de pruebas secundarias.
Cuando tu médico tenga que hacerte las pruebas para verificar su frecuencia y su número, debes saber que vas a tener que hacerte una colonoscopia. No es una prueba cómoda, pero es muy eficaz. No te preocupes y sigue siempre las pautas que te indiquen los profesionales. Es un pequeño trance que pasa rápido.
Por lo general, el médico siempre optará por extirpar quirúrgicamente los pólipos del colon. A largo plazo pueden evolucionar para acabar siendo cancerígenos, así que vale la pena deshacerte de ellos. No te preocupes, siempre se obtienen buenos resultados y los pacientes siguen llevando una vida normal.
¿Puedo prevenir de algún modo los pólipos de colon?
Los pólipos en el colon no pueden prevenirse al 100 %. No hay ninguna técnica ni suplemento que te permita evitar este tipo de realidades. Sin embargo, es posible prevenir en un pequeño porcentaje su aparición si se siguen unos hábitos de vida adecuados y saludables.
- Come sano y mantén un peso acorde a tu índice de masa corporal. Es muy importante que sigas una dieta adecuada, que te permita cuidar el colon y la salud digestiva en general.
- Sigue una dieta equilibrada, rica en fibra, ya que esta ayuda a mejorar el tránsito. De hecho, de acuerdo con un estudio publicado en la revista Gastrointestinal Cancer Research, el bajo consumo de este alimento aumenta las probabilidades de padecer esta dolencia. Esta se encuentra, por ejemplo, en la fruta (especialmente en la piel), los cereales (como la avena) y las verduras.
- En este sentido también puede ser aconsejable añadir a tu dieta probióticos. Estos, como muestran diversas investigaciones, favorecen la función gastrointestinal. Algunos ejemplos son la leche o el yogur.
- Elimina definitivamente los malos hábitos, como el tabaco y el alcohol.
- Abandona el sedentarismo. Haz más ejercicio para mantener un peso saludable y una mejor condición física en líneas generales.
Vale la pena tener estos consejos en cuenta para cuidar tu colon y mantener tu bienestar diario. Por supuesto, ante el menor síntoma, es imprescindible acudir al médico para un chequeo.