Una quemadura se define como una lesión en la piel u otros tejidos del cuerpo causada por agentes físicos o químicos, sustancias químicas, radiación o electricidad. Los tipos de quemaduras se pueden clasificar según su profundidad, su gravedad o los agentes que las han causado.
Según su gravedad y profundidad podemos distinguir entre quemaduras de primer grado (leve), de segundo grado y de tercer grado (grave). Por otro lado, según el origen de dichas quemaduras podemos distinguir entre quemaduras eléctricas, químicas, por radiación y térmicas.
Tipos de quemadura según su origen
Quemaduras eléctricas
La corriente eléctrica puede producir quemaduras y lesiones internas al propagarse a través del interior del cuerpo. Las quemaduras eléctricas están ocasionadas, por tanto, por entrar en contacto con una corriente eléctrica, ya sea continua o alterna. Sin embargo, en este caso son más comunes las producidas por la corriente alterna ya que es la utilizada en el entorno doméstico.
Las lesiones producidas por este tipo de quemadura presentan características especiales y siempre son graves, sobre todo porque muchas veces el daño no es aparente, es decir, no se observa a simple vista. Esto se debe a que, aunque la piel parezca presentar un aspecto normal, puede esconder lesiones a nivel muscular.
La gravedad de este tipo de quemaduras dependerá de las características de la corriente eléctrica como:
- El tipo de corriente: alterna (bajo voltaje) o continua (alto voltaje y uso industrial).
- La intensidad.
- El trayecto de la corriente.
- La resistencia de los tejidos.
- El área y el tiempo de contacto con la corriente.
Quemaduras químicas
Este tipo de quemaduras se producen al estar en contacto con sustancias irritantes de tipo cáusticas, ácidas o alcalinas. Este contacto puede ser tanto físico como por ingestión. Al entrar en contacto con la piel, estas sustancias químicas pueden reaccionar de forma diversa. Mientras que si son ingeridas la lesión puede tener lugar en los órganos internos.
En general, las quemaduras químicas ocurren debido al contacto con ácidos y bases, y reciben el nombre de quemaduras por sustancias cáusticas. Este tipo de químicos causan quemaduras de gran gravedad.
Los productos más comunes que provocan este tipo de quemaduras son:
- Los productos de limpieza como las lejías o el amoniaco.
- El ácido de baterías para los automóviles.
- Los productos que se utilizan en la cloración de piscinas.
Quemaduras por radiación
Las quemaduras por radiación también son muy comunes y son aquellas que se muestran después de entrar en contacto con radiación como rayos ultravioletas o rayos x. Por esto, el daño que se produce los tejidos se debe a la exposición a las radiaciones ionizantes.
Cuando la exposición a radiaciones ionizantes se da en grandes dosis puede incrementar el riesgo de padecer cáncer. Además, puede provocar lesiones en las vías digestivas, disminuir el número de células sanguíneas, dañar la piel, el corazón y el cerebro entre otros.
Algunos ejemplos de este tipo de quemaduras son las quemaduras por:
- Sobreexposición solar.
- Uso de camas de bronceado
- Sobreexposición a rayos x
- Imagenología médica
- Tratamiento por quimioterapia.
El aspecto más peligroso de las quemaduras por radiación es que sus efectos pueden no aparecer de inmediato. Es decir, pueden no mostrarse durante un tiempo después de haber estado en contacto con la radiación.
Si usted cree que puede estar sufriendo quemaduras originadas por radiación debe ponerse en contacto con su médico.
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Quemaduras térmicas
Las quemaduras térmicas son aquellas que se producen al entrar en contacto con cualquier fuente externa de calor que pueda aumentar la temperatura de la piel como líquidos hirviendo, metales calientes, fuego y vapor.
Este tipo de quemaduras son las más comunes y carbonizan parcial o totalmente las células, lo que provoca un aumento de las posibilidades de que el individuo muera.
La fuente de calor puede ser húmeda o seca. En el caso de ser seca, lo más frecuente es que la quemadura se produzca por llamas, estufas, brasas, explosiones de gas y metales calientes. Mientras que si la fuente de calor es húmeda, lo más frecuente es que sea debido a líquidos a temperaturas elevadas como agua o aceite.
Asimismo, la inhalación de vapores puede provocar quemaduras en las superficies expuestas además de en las vías aéreas, la nariz, la garganta y los bronquios.
La gravedad de estas lesiones va a depender de:
- El tiempo de exposición.
- La temperatura de la fuente externa de calor.
- La zona del cuerpo afectada.
Fuente: Mejorconsalud.com