La rapidez en reanimar a una persona que ha sufrido una parada cardíaca influirá en sus posibilidades de supervivencia
Según la Fundación Española del Corazón, la parada cardíaca súbita o muerte súbita cardíaca es una pérdida brusca del pulso y el conocimiento causada por un fallo inesperado de la capacidad del corazón para bombear eficazmente sangre al cerebro y a todo el organismo.
Una persona que sufre una parada cardíaca pierde el pulso en primer lugar, seguidamente el conocimiento y, en último lugar, la capacidad de respirar. Actuar lo más rápido en estos casos es fundamental. ¿Por qué es tan importante? Porque cuando a una persona se le para el corazón, “si no intentamos de alguna manera reestablecer la función natural del corazón este por sí solo no se recupera”, ha explicado a CuídatePlus Pablo Jorge, coordinador del Grupo de Trabajo de Reanimación Cardiopulmonar de la Sociedad Española de Cardiología.
¿Qué es la reanimación cardiopulmonar?
Lo esencial en estos casos es aprender a realizar una reanimación cardiopulmonar (RCP), una maniobra de emergencia que se realiza cuando el corazón deja de latir y que permite duplicar o triplicar las probabilidades de supervivencia, según la Asociación Americana del Corazón. El 40% de las paradas cardiacas extrahospitalarias no se reanima antes de que lleguen los servicios de emergencia. De hecho, sólo sobreviven el 10% de las paradas cardiorrespiratorias que se producen fuera del hospital.
“Cada minuto que pasa sin reanimar a una persona se reduce la posibilidad de sobrevivir un 10%. Es decir, si una persona sufre una parada cardiaca y está sin que nadie le atienda 10 minutos, las posibilidades de sobrevivir son casi nulas”, añade Jorge. Estas cifras hacen esencial que la primera persona, denominada primer interviniente, que se enfrenta a una persona caída en el suelo sepa cómo actuar o, por lo menos, tenga alguna noción de cómo proceder. Cualquier persona puede sufrir una parada cardiorrespiratoria y cualquier persona puede ayudar a otra realizando una RCP.
Pasos en la cadena de supervivencia
Los pasos, conocidos como cadena de supervivencia, que debe realizar un primer interviniente son sencillos y permitirán “ganar tiempo a la muerte siempre y cuando detectemos de forma precoz que esa persona necesita que le ayudemos, activemos los servicios de emergencia y hagamos algo”, dice Jorge.
Pero ¿cómo actuar si vemos que alguien necesita nuestra ayuda?
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Reconocimiento y solicitud de ayuda: Si vemos que una persona está en el suelo postrada deberemos acercarnos y si no responde a nuestra llamada solicitar ayuda por teléfono a los servicios de emergencia, quienes nos guiarán en los siguientes pasos ya estemos solos o acompañados. Se puede verificar también si la persona que está en el suelo respira, pero sólo si no se pierde tiempo en ello.
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Pedir que alguien vaya en busca de un desfibrilador semiautomático, presente en muchos lugares públicos. En el caso de que lo haya cerca un desfibrilador serán los servicios de emergencia los que guiarán al primer interviniente en su utilización.
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Tras la pandemia de coronavirus, y antes de empezar las maniobras de RCP, hay que asegurarse de que tanto el testigo como la víctima, llevan mascarillas. Si el testigo lleva guantes, mucho mejor.
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Compresiones torácicas enérgicas en el centro del pecho a una velocidad de 100-120 por minuto (ver imagen). Para ello hay que situar las manos enlazadas una sobre otro en el centro del pecho encima del esternón con los codos extendidos y dejar caer el peso del cuerpo con una profundidad entre 5 y 6 centímetros sobre el centro del pecho. Es importante comprobar que se hunde y se reexpande al levantar la mano. “A veces ayuda recordar alguna canción con un estribillo pegadizo que nos ayude a llevar un ritmo de 100-120 compresiones por minuto y no parar”, dice Jorge. De hecho muchas veces se recomienda realizar las compresiones al ritmo de canciones como La Macarena, del grupo Los del Río, o Staying Alive, de los Bee Gees. En este caso también los servicios de emergencias le explicarán al interviniente cómo proceder.
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Seguir con las maniobras de RCP hasta que lleguen los servicios de emergencia, evitando realizar la ventilación boca a boca.
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Tan pronto como sea posible, el reanimador debe lavarse bien las manos con agua y jabón o con un gel a base de alcohol.
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El reanimador deberá comunicarse con las autoridades sanitarias locales para preguntar sobre las indicaciones a seguir después de haber estado con una persona sospechosa o con confirmación de Covid-19.
RCP en tiempos de coronavirus
Tras la pandemia acercarnos a alguien que está en el suelo inconsciente puede dar cierta aprensión por miedo al contagio de coronavirus. Jorge ha querido resaltar que “el personal no sanitario no debe acercarse a la vía aérea para verificar si la persona respira. Con acercarse y sacudirlo un poco para ver si responde podemos ya determinar si está en parada cardiaca y activar” la cadena de supervivencia.
No obstante, el miedo no debe impedir prestar asistencia. “Es de esperar que la víctima tenga mascarilla y si no conviene colocársela, ponernos nosotros la mascarilla, y después de haber llamado iniciar las compresiones torácicas”, dice Jorge. Y en el caso de que no se cuente con mascarilla se puede cubrir la boca y la nariz de la persona postrada con una pequeña tela que “pueda suponer una superficie de barrera para minimizar el posible riesgo de contagio”.
También hay que olvidar el miedo a hacer daño a la víctima, porque realizar la RCP es la vía de poder salvarle la vida.
Un estudio realizado en Lombardía (Italia), y que se publica en The New England Journal of Medicine, señala que el 55% de los pacientes que sufrió una parada cardiorrespiratoria durante el estado de alarma no fue atendido hasta que llegaron los servicios de emergencia.
Asimismo, no todas las paradas cardiorrespiratorias están relacionadas con el coronavirus: “Tras el confinamiento el riesgo cardiovascular y la reducción de ejercicio físico han contribuido al descontrol de los factores de riesgo cardiovascular y a que la posibilidad de tener una parada cardiaca siga ahí”, añade Jorge.
Medidas para prevenir una parada cardíaca
Así pues es más importante que nunca mantener a raya los factores de riesgo cardiovascular. En esta línea, la Fundación Española del Corazón, aconseja realizar una serie de medidas de prevención para evitar la aparición de una parada cardíaca:
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Visite a su médico de forma periódica y siga sus indicaciones en cuanto al tratamiento de la diabetes y de la presión arterial.
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Realice una dieta equilibrada baja en grasas saturadas y alta en frutas y verduras (al menos 5 piezas diarias).
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Deje de fumar.
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Mantenga un peso saludable.
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Haga ejercicio físico de forma regular.
Fuente: Cuidateplus.marca.com