Farmacias de guardia de la provincia de Alicante.
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Los estudiantes, intelectuales y obreros entraron a raudales en las calles de Budapest –Hungría- exigiendo el fin de la dominación soviética y del gobierno comunista. El 4 de noviembre, miles de tanques soviéticos aplastaron lo que se había convertido en una revuelta nacional.
Los ciudadanos ultrajados lucharon con poco más que unas manos desnudas, pero fueron derrotados. Murieron casi 25.000 húngaros y otros miles fueron heridos o encarcelados. Unos 200.000 huyeron. El Primer Ministro reformista, Imre Nagy, fue depuesto y los soviéticos instalaron un nuevo gobierno para Moscú dirigido por János Kádár.