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Nació Catalina II "la Grande"


 

Nació Catalina II "la Grande"

Catalina II de Rusia, llamada la Grande (Ekaterina Alekseyevna, en ruso: :0B5@8=0 5;8:0O), nacida en Szczecin (Stettin), Pomerania,1 actualmente Polonia, el 2 de mayo de 1729 y fallecida en San Petersburgo el 17 de noviembre de 1796 según el calendario gregoriano. Reinó como emperatriz de Rusia durante 34 años, desde el 28 de junio de 1762 hasta su muerte.

El padre de Catalina, Christian Augusto, príncipe de Anhalt-Zerbst, era un general prusiano que ejercía de Gobernador de la ciudad de Szczecin en nombre del rey de Prusia. Aunque nació como Federica Augusta Sofía (Sophie Friederike Auguste von Anhalt-Zerbst, apodada "Figchen"), una princesa alemana de menor rango, Catalina tenía una remota ascendencia sueca en Carlos IX. De acuerdo con la costumbre imperante de entonces entre la nobleza alemana, su educación fue impartida principalmente por tutores franceses.

 

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La elección de Sofía como la futura esposa del zar - Pedro de Holstein-Gottorp - se debió a la gestión diplomática entre el conde Lestocq y Federico II de Prusia. Ambos querían fortalecer la amistad entre Prusia y Rusia para debilitar la influencia de Austria y arruinar al canciller Bestuzhev, consejero de la zarina Isabel, y que era un conocido partidario de la alianza ruso-austríaca. Además a la emperatriz le gustaba esa familia, ya que ella había estado prometida al tío de Sofía, hermano de su madre, Carlos Augusto de Holstein-Gottorp, que había muerto de viruela en 1727 antes de que la boda se llevase a cabo.

La intriga diplomática fracasó, en gran medida debido a la intervención de la madre de Sofía, Juana Isabel de Holstein-Gottorp, una inteligente y ambiciosa mujer. La imagen histórica de la madre de Catalina quedó como la de una mujer emocionalmente fría, así como una trepadora social que amó las intrigas y los chismes de la corte. Juana estaba tan cegada por la ambición de convertir a su hija en emperatriz de Rusia, que logró enfurecer a la emperatriz Isabel y la obligó a salir del país acusándola de espiar para el rey de Prusia. No obstante, a Isabel siempre le gustó la hija, y finalmente el matrimonio se celebró en 1745.

La princesa Sofía no escatimó esfuerzos para congraciarse no sólo con la emperatriz Isabel y con su marido, sino también con el pueblo ruso. Se dedicaba con tal celo al aprendizaje de la lengua rusa que se levantaba por la noche y caminaba descalza para repasar las lecciones. Esto dio lugar a un grave ataque de neumonía, en marzo de 1744. Cuando escribió sus memorias reprodujo cómo había formado su mente al llegar a Rusia para hacer todo lo que fuese necesario a fin de estar calificada para llevar la corona. La coherencia de su personaje durante toda la vida, hace que sea muy probable que incluso con 15 años poseyese la madurez suficiente para adoptar esta sabia línea de conducta.

Su padre, un devoto luterano, se opuso firmemente a la conversión de su hija a la Iglesia Ortodoxa rusa. Pero a pesar de sus instrucciones, el 28 de junio de 1744 fue bautizada con el nombre de Catalina (Yekaterina o Ekaterina) Alekséyevna. Al día siguiente tuvieron lugar los esponsales, y Catalina se casó con el gran duque Pedro el 21 de agosto de 1745 en San Petersburgo. Los recién casados se instalaron en el palacio de Oranienbaum, que sería la residencia de la "joven corte" durante 54 años.