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Una sencilla ruta, con cierta complicación al final, que guarda una espectacular cortina de hielo |
Decir que León, y en concreto El Bierzo, es la tierra de las rutas de senderismo es quedarse corto. La cantidad de senderos, de diversas dificultades, que ofrece la provincia es digna de admiración pero también los espectaculares paisajes que más o menos escondidos, hacen las delicias de todo aquel que quiera dejar su huella en estos parajes que otrora fueron los caminos que recorrían sus habitantes. En esta ocasión, la escondida Cascada del Gualtón, en la entrada del Bierzo ofrece un sencillo camino que se complica al final para descubrir, tras las cortinas de los arboles una hermosa cascada que, cuando se hiela, traslada al caminante a un auténtico palacio de hielo. La ruta, de seis kilómetros, parte desde el pueblo de Carracedo de Compludo. Una pequeña aldea que merece ser visitada para conocer la esencia de los pueblos bercianos cuyas casas están realizadas en piedra y techadas por pizarra; casas pétreas que resisten el paso del tiempo. El coche se debe aparcar a la entrada del pueblo. Desde allí se cruza el mismo pasando por el puente de Carracedo, que cruza el Río de las Siete Fuentes. La señalización impide perderse. Una vez cruzado el río, se gira a la izquierda y solo hay que seguir el sendero que atraviesa el monte. Un sencillo y divertido paseo que nos hace conocer diversas especies de flora así como ver pájaros. A la izquierda podemos observar la bajada a la cascada. Sin duda aquí es donde se complica. Hay dos posibilidades, una primera más sencilla y una segunda (y señalizada) más complicada. Aun así, las dos son empinadas y es necesario circular con cuidado, sobre todo en época de nieve o hielo. Una vez hecho el descenso, se abrirá un hermoso cuento de hadas. Un hermoso paisaje con una cascada que enmarca perfectamente la realidad de El Bierzo, lleno de parajes escondidos dignos de visitar. Y si acudes en invierno, te sorprenderá la cortina helada de agua, que deja con la boca abierta a todos los que la visitan. El camino de vuelta, después de avituallarse a los pies de la cascada, es por el camino de ida por lo que ya será un viejo conocido para los pies del caminante. |