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La ruta se inicia en la Plaza de Santa María del Berrocal donde se ha instalado un poste de indicación de dirección, que nos guía hacia la salida del pueblo, allí se encuentra el panel informativo en el que se describe el sendero. |
Zona: Valle del Corneja / Sierra de Gredos / Valle del Tormes TRAMO 1.- SANTA MARÍA DEL BERROCAL - FUENTE DE LA VIÑA La ruta se inicia en la Plaza de Santa María del Berrocal donde se ha instalado un poste de indicación de dirección, que nos guía hacia la salida del pueblo, allí se encuentra el panel informativo en el que se describe el sendero. Más adelante se llega a un bifurcación en la aparece un poste de indicación de camino con dos direcciones. Una de las direcciones señala el camino a seguir para dirigirse al lavadero “Fuente Merina” y la otra, la ruta que se debe tomar una vez se ha ido y vuelto desde Fuente Merina. Por la primera se llega a “Las Lanchas”, así denominadas por tratarse de grandes lanchas de granito y junto a ellas nos encontramos el primer lavadero de la ruta, como decimos, conocido como “Fuente Merina”, en el que se lavaba la lana de las ovejas merinas para su posterior hilado. Este lavadero, que se señaliza con un poste indicador de ubicación, consta de tres pilares de forma rectangular que se comunican entre sí, el primero es el receptor del agua del manantial y los dos últimos están destinados al lavado de las prendas. Aunque su construcción data de 1956, desde tiempo antes, las lavanderas acudían a este lugar porque en él el arroyo “Chico” o “de San Antón” formaba una pequeña balsa o poza, muy apropiada para el lavado, y las cercanas “Lanchas” constituían el lugar idóneo para el secado de la ropa o la lana.
Desde la Fuente de la Viña se avanza por una subida suave hacia Navahermosa. El camino discurre entre las típicas tapias hechas de piedras de granito apiladas y que marcan las lindes de las tierras. A la izquierda del camino se sitúan las laderas de encinas y a la derecha el amplio valle del Corneja y sus cultivos. Se dice que Santa Teresa pasó por este lugar en la primavera de 1539, en su camino desde el monasterio de La Encarnación en Ávila hasta el pueblo de Becedas, al que se dirigía para que una curandera famosa que allí vivía hiciera desaparecer la enfermedad que la aquejaba. Pero la curandera debía ser menos eficiente que famosa porque volvió peor de lo que estaba. A su llegada a Ávila le dieron por muerta y hasta “le echaron la cera en los ojos”, según ella misma escribió. En una de las orillas del camino se encuentra la antigua iglesia de Navahermosa de Corneja, convertida ahora en cementerio. Sólo algunos muros, especialmente los del ábside, nos recuerdan la existencia del antiguo templo. Para acceder al siguiente lavadero hay que salir de la ruta principal, seguir una senda que termina en el lavadero y volver a la bifurcación de la que salimos. En la bifurcación se encuentra un poste de indicación de dirección. TRAMO 3.- NAVAHERMOSA – CASTILLO DEL MIRÓN Se bordea Navahermosa, un anejo de Santa María del Berrocal que conserva sus construcciones en piedra, y donde comienza la ascensión más fuerte de la ruta. Se atraviesa un camino estrecho flanqueado por encinas, que es el árbol claramente dominante, aunque es posible encontrar chopos, olmos y sauces en zonas próximas a pequeños arroyos, y robles en las zonas más altas y húmedas.
Una vez dentro del recinto destacan las ruinas de un torreón o Torre del Homenaje cuya función fue la de torre vigía. Se encuentra en un estado de conservación bastante aceptable. Sus esquinas son de sillería de granito de buena calidad y en alguna de ellas es posible observar marcas de cantería en forma de “S”. Sobre uno de estos muros, un escudo con el emblema de la Casa de Alba nos recuerda a sus antiguos propietarios, señores de esta comarca desde época medieval. Detrás del torreón se encuentran lo que podrían ser las bases de una iglesia visigoda. La privilegiada posición en la que sitúa el castillo permite disfrutar de una amplia panorámica de todo el valle del Corneja. Destacan los campos de cultivo atravesados de Este a Oeste por los bosques de chopos, olmos y sauces que delimitan el río. Al fondo aparecen difuminados los altos relieves de la Sierra de Gredos y en un plano más próximo se divisa el puerto de Villatoro al Este, la sierra de Peña Negra al Sur, Barco de Ávila, La Covatilla y la Peña de Francia al Oeste, y se dice que en los días claros se puede ver hasta Salamanca.
Desde el castillo se avanza hasta el próximo lavadero, siguiendo las indicaciones del poste de dirección. El “Lavadero del Valle” está situado en una zona alejada del pueblo, a más de 1 km, y se llama así por encontrarse en un entorno de especial interés denominado “El Valle”. Un recorrido por esta zona permite contemplar las paredes de granito sobre las que se eleva el castillo. Este macizo fue el corazón de una montaña que dominaba la región hace unos 500 millones de años, y que ha quedado al descubierto al ser erosionados los materiales que la recubrían. La zona tiene el atractivo añadido de discurrir por un entorno apenas modificado por el ser humano.
Durante unos metros el sendero discurre por la carretera AV-104, de la que se sale para continuar rumbo al pueblo de Valdemolinos. Tanto en el inicio como en la salida de la carretera se instalarán sendos postes indicadores de dirección. En el camino se pasa por el pilón de dicho pueblo, cuya función principal es la de abrevadero de ganado.
Se sigue hasta Valdemolinos, un pueblo que ha visto como sus casas abandonadas se repoblaban con la llegada de nuevos vecinos atraídos por la belleza y el aislamiento del lugar. Estos nuevos pobladores han contribuido a aumentar la estética del área al construir casas que siguen diseños acordes con la arquitectura tradicional. Se abandona Valdemolinos siguiendo el camino que llaman “Camino del cura” por ser el utilizado por los clérigos para ir desde Valdemolinos al Villar, en el que se encuentra una fuente y los restos de una calzada, probablemente medieval. Antes de cruzar el arroyo Viejo se localiza la pequeña fuente de “El Espino” y desde ella, a través de un sendero estrecho y agreste a “La Fuente”. Se trata de una fuente pozo, construida probablemente en el alto medievo, algunos de cuyos sillares conservan el sello del cantero y que ya aparece mencionada en el Catastro de Ensenada de 1752-1753. Es una caseta de fábrica de sillería opus cuadratum, con un tejado a dos aguas que se apoya sobre una bóveda. Dejando Santa María del Berrocal a la izquierda, llegamos al lavadero de “El Pilón” indicado con un poste de ubicación. Dentro de la ruta es el único que está situado en el interior de un edificio, construido para dar protección a las lavanderas frente a las inclemencias del tiempo. En su interior se encuentran dos grandes pilas rectangulares, la primera de los cuales recibe el agua del abrevadero que se describe más adelante, a través de una canalización externa. El citado abrevadero consta de una fuente rematada por un farol de hierro forjado, de la que parte el agua hacia dos pilones situados a ambos lados, de planta rectangular con pedestales de sección cuadrada. El recorrido se cierra volviendo al punto de partida, la plaza Mayor de Santa María del Berrocal, siguiendo las indicaciones del poste indicador de dirección. |