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La ruta parte del Castillo de Alange y después de cruzar el pueblo continúa por todas las cumbres de la Sierra de Peñas Blancas para regresar al castillo por el pantano. |
Zona: Sierra de las Peñas Blancas Hora Inicio: 09/11/2013 10:41 Hora Fin: 09/11/2013 18:55 Distancia recorrida: 25’95 km. Tiempo en movimiento: 06:17 Tiempo total: 8h 22’ Velocidad media: 3’10 km/h. Velocidad de movimiento media: 4’13 km/h Altura Mínima: 262 m. Altura Máxima: 647 m. Ganancia Altitud: 973 m. Pérdida Altitud: 973 m. La ruta parte del Castillo de Alange y después de cruzar el pueblo continúa por todas las cumbres de la Sierra de Peñas Blancas para regresar al castillo por el pantano. El recorrido no está marcado en ningún momento y en gran parte del mismo no existe camino. En un tramo de la cuerda es necesario avanzar utilizando las manos (itinerario marcado), pero en todos los casos se puede evitar la escalada renunciando a ir exactamente por la “cresta”. Al no existir camino y algunas veces mucha vegetación el itinerario marcado en el track es orientativo (salvo cuando bajamos de la Sierra para iniciar el retorno). Aparcamos el coche en el aparcamiento de debajo del castillo, nada más cruzada la presa. Empezamos a andar unos metros por la carretera hasta que el talud de roca que baja del Castillo llega a la carretera. Comenzamos la subida al Castillo atravesando terrazas de olivos y cruzamos una ruta marcada en blanco y amarillo hasta encontrar un paso entre rocas que nos sitúa en la parte alta de esta primera montaña. Aquí encontramos un camino que debemos de seguir y que nos llevará hasta la “Puerta de los Gallegos” o “Puerta de Mérida”. La denominación de Puerta de los gallegos parece aplicarse en época Islámica y debe estar relacionada con el sobrenombre de Ibn-Narwan llamado al-Yilliqui “el hijo del Gallego”. La designación de la Puerta de Mérida corresponde con la época santiaguista. Esta puerta, abierta en la barrera de poniente, permitía el acceso al recinto medio del castillo de aquellos que llegaban desde Mérida. Por su configuración, pertenece a las puertas denominadas de recodo, en las que el acceso se complicaba al ante la necesidad de tener hacer varios giros para acceder a la misma. Esta circunstancia hacía más vulnerables a los que pretendían entrar en esta zona. En caso de ataque, el acceso obligaba a mostrar los defensores el flanco derecho de la tropa a lo largo del camino que transcurre paralelo a todo lo largo de la muralla. Al final de la misma, un giro de 180º para situarse frente la puerta y un espacio mínimo de maniobra ante ella, evitaba a los atacantes que se desenvolvieran con soltura. Es interesante darse un paseo por estas ruinas. El Castillo constaba de dos recintos con sendas puertas. La principal, situada en una torre de dos plantas, era la puerta del sol, donde el alcaide esperaba a los visitantes. Seguía un sendero estrecho, abrupto y delimitado por rocas hasta la Puerta del Corralejo, que daba acceso al corral de caballerizas, dos albercas, un aljibe y una casa con tahona. El recinto más destacado de la fortaleza, al que se entraba por la Puerta del Rastrillo, ocupaba la parte más elevada y llana del Cerro, albergando dos patios desiguales, comunicados entre si por una sala incluida en la construcción de dos pisos. En el segundo sobresalía en excepcional corredor, que dominaba la vasta campiña emeritense. El patio principal se encontraba pavimentado de ladrillo, con una gran higuera en el centro. El edificio del mismo tenía un corredor bajo, de cuatro arcos sobre tres columnas de mármol, que daba a unos aposentos medianos. De este patio se pasaba a un callejón en el que estaba la Torre del Homenaje, de planta cuadrangular, con cinco metros de lado y de tres pisos separados con madera y sin bóveda. Los recios muros de ladrillo estaban perforados por ventanas con arcos de herradura. Desde el exterior, se entraba al primer piso de la Torre, lugar donde se guardaban las armas, por una escalera de piedra. La capilla, dedicada al apóstol Santiago, estaba en un torreón, que en 1515 llamaban Torre de la Campana, próxima a la Torre del Homenaje, cuya entrada se hacía desde el patio principal. En esta capilla había un crucifijo pintado en la pared y unas “ystoras pintadas de Nuestra Señora” (se desconoce si en una pared o en un retablo). Debajo de esta capilla se ubicaba un aljibe. Empezamos a bajar camino de Alange, a donde llegamos después de cruzar un arco cercano al castillo con unas fantásticas vistas del pueblo, el pantano que lleva su nombre y la ruta que tenemos por delante. Cruzamos el pueblo por su iglesia y dirección Este y salimos por un camino de tierra (este tramo no es muy bonito), pasamos al lado de una antena de comunicaciones y continuamos hacia la Sierra. Desde aquí toca subir una a una todas las cumbres procurando ir lo más posible por la cuerda, aunque en ocasiones se complica por la cantidad de vegetación que nos obliga a bajar un poco para después subir a la cuerda de nuevo. He marcado la primera parte con cinco cumbres. Las cuatro primeras casi ausentes de vegetación no tienen ningún problema. Después llegamos al “Puerto de las Hoyas” en donde nos cruzamos con varias rutas marcadas que atraviesan la Sierra. No las continuamos porque nuestro empeño es ir cresteando. En la 5ª cumbre encontramos los primeros árboles que nos obligan a realizar trazados alternativos. Seguidamente después tenemos la parte más complicada del recorrido en donde es necesario tener que realizar algún paso de escalada (3º ó 4º-) durante una pequeña cresta. Es muy divertido porque la roca es fantástica, pero si alguien no desea aventurarse en este pasaje puede evitarlo por unos caminos de ganado situados en la parte norte. Al terminar esta cresta de “escalada” tenemos un collado y posteriormente el techo de la ruta. Todo lo que queda de ahora en adelante es muy trabajoso porque la vegetación cada vez es más abundante. Cruzaremos una bonita zona de enebros y en el camino encontraremos madroños y una valla de alambre que tendremos que saltar. Cuando ya estamos hartos de tanto jabalineo, en un collado aparece una pista. Este paraje se denomina: “Las Manchuelas” y transcurre por la cara norte de la Sierra. Recomiendo seguirlo porque el resto de cuerda está muy incómodo y sólamente de manera puntual se va por la cresta. La pista-cortafuegos nos lleva al “Puerto de la Peña de la Onza” en frente tenemos la Sierra de Utrera. Aquí confluyen varias pista, pero nosotros debemos avanzar unos metros hacia la Sierra de Utrera y saltar un alambrado. Una pista descendente de arcilla roja nos cruza una dehesa con alguna casa abandonada (casa de la Huerta de los Corteses). Ir cerrando las portillas que encontramos para que no tengan que llamarnos la atención. Por fin salimos a una pista grande que debemos seguir hacia su derecha atravesando un bonito olivar y alguna explotación porcina. Cruzamos la carretera y en frente sale otra pista, camino del pantano que va entre huertas. Llegamos al pantano y sólo tenemos que ir por la orilla hasta llegar a Alange. Unos metros de carretera para cruzar Alange y nos volvemos a salir a otra pista que circunvala el cerro del Castillo para llegar al aparcamiento donde hemos dejado el coche. |